domingo, 24 de julio de 2016

Estudios sobre la Masonería y el Compagnonnage, de René Guénon

Acaba de aparecer publicado un nuevo título en la colección el Anillo de Oro de la Editorial Pardes, dedicada a la edición bilingüe de las obras de René Guénon. En esta ocasión es el primer tomo de Estudios sobre la Franc-Masonería y el Compagnonnage.

Detallamos las características de esta edición y el índice de este volumen suministrados por el editor.


Portavoz de un Conocimiento cada vez más inaccesible, desde su aparición en la primera mitad del S. XX, la obra de René Guénon ha marcado un antes y un después en el panorama de las publicaciones relativas al dominio espiritual y, más particularmente, al dominio iniciático.

Études sur la Franc-Maçonnerie et le Compagnonnage, cuarto de los libros póstumos de René Guénon, publicado en el 1964 en dos tomos, fue concebido como una recopilación de artículos y reseñas sobre el tema de la Masonería y el Compagnonnage. Los capítulos en los Anexos del tomo II fueron tomados de la revista La Gnose, bajo la firma de Palingénius, y La France Antimaçonnique, bajo la firma de Le Sphinx. El presente volumen reúne todos los artículos de la recopilación póstuma e incluye otros numerosos escritos aparecidos en varias revistas tales como L’Acacia, La France Antimaçonnique, Ignis, The Speculative Mason, que ya no volvieron a ser publicados. Seguirá un volumen análogo dedicado a las reseñas.

Considerando la extrema precisión en la utilización del lenguaje por el autor, el trabajo colectivo de traducción coordinado por Juan de la Viuda se ha llevado a cabo con máxima atención al significado, etimología y concordancia de cada término en sus diversos contextos, para intentar comprender su pleno alcance. Siendo conscientes de que conseguirlo en su totalidad se hacía prácticamente imposible, se impuso de forma natural una edición bilingüe francés-español, con texto enfrentado. Con el fin de eludir las alteraciones sufridas por la obra en ediciones posteriores, se han tomado los artículos originales del autor.

Esta publicación ha sido realizada con el reconocimiento y la autorización de la familia Guénon, circunstancia que sabrá valorar todo aquel a quien, consciente del dominio en el que se desarrollan este tipo de acciones, no se le escape la importancia de las cosas hechas “en buena y debida forma”.

   Además de a la familia Guénon, se desea agradecer sinceramente la colaboración de todos los que con sus aportaciones han hecho posible la realización de este trabajo. Excusándose por los inevitables errores cometidos, el editor agradece desde este momento cualquier comentario que se efectúe con la intención de mejorar el resultado obtenido.

  • Edición bilingüe francés - español en texto enfrentado.
  • Amplia recopilación de textos centrados en la iniciación masónica (670 páginas).
  • Texto francés tomado de los artículos originales aparecidos en las revistas RegnabitLe Voile d'Isis y Études Traditionnelles, junto con numerosos textos inéditos aparecidos originalmente en revistas tales como L'AcaciaLa France AntimaçonniqueIgnisThe Speculative Mason.
  • Cuidada transcripción del francés y traducción al español.
  • Primera edición autorizada publicada en español.

Índice de materias del Tomo I


I.
El Crismón y el Corazón en las antiguas Marcas corporativas
II.
A propósito de los signos corporativos y de su sentido original
III.
¿Colonia o Estrasburgo?
IV.
Joseph de Maistre y la Masonería
V.
El Compagnonnage y los Gitanos
VI.
A propósito de los Constructores de la Edad Media
VII.
Un nuevo libro sobre la Orden de los Elegidos Cohen
VIII. 
A propósito de los “Rosa-Cruz de Lyon”
IX.
A propósito de las peregrinaciones
X.
El enigma de Martines de Pasqually
XI.
Masones y carpinteros
XII.
Heredom
XIII. 
Iniciación femenina e iniciación de oficio
XIV.
Palabra perdida y nombres sustitutivos



Anexos
I.
La Gnosis y la Masonería
II.
La ortodoxia masónica
III.
Los Altos Grados masónicos
IV.
A propósito del Gran Arquitecto del Universo
V.
Concepciones científicas e Ideal masónico
VI.
Masonería Napoleónica

I. La Visita de Bonaparte al Or.·. de Nancy

II. Orden de los Noaquitas Franceses (1816)

III. La Logia: “Le Centre des Amis” (G.·. O.·. D.·. F.·.)

IV. La Iniciación Masónica del H.·. Bonaparte

V. “Houzé Napoleone!”
VII.
Nota sobre las diversas Sociedades Secretas Inglesas que están vinculadas a la Masonería Inglesa
VIII.
El Régimen Escocés Rectificado de 1776 a 1815
IX.
Masonería Operativa
X.
La Estricta Observancia y los Superiores Incógnitos
XI.
A propósito de los Superiores Incógnitos y del Astral
XII.
Algunos documentos inéditos sobre la Orden de los Elegidos Cohen

El “Enigma”
XIII.
I. El “Enigma”

II. Respuesta al Sr. Nicoullaud

III. El Sr. Nicoullaud reincide …

IV. Última respuesta al Sr. Gustave Bord
XIV.
Reflexión a propósito del “Poder Oculto”
XV.
Miscellanea

I. El H.·. John Yarker

II. Los Adversarios del Simbolismo

III. China: Sun Yat Sen contra Yuan Shi Kaï

IV. Un Plagiario
XVI.
Simbolismo masónico y Teosofismo

I. La Sra. H.-P. Blavatsky y la Masonería

II. El H.·. John Yarker, 33º, 90º, 97º, VIIº, etc.

III. Simbolismo Masónico y Teosofía
XVII.
Tribuna para Todos

I. Los Falsificadores de la Masonería

II. Tribuna para Todos
XVIII.
Notas y Consultas


Para solicitar un ejemplar a la propia editorial, pichar en Editorial Pardes.


jueves, 21 de julio de 2016

La Ortodoxia Masónica; por René Guénon

Se ha escrito tanto sobre la cuestión de la regularidad masónica, se han dado tantas definiciones diferentes e incluso contradictorias, que este problema, lejos de estar resuelto, no ha hecho, quizá, sino devenir más oscuro. Parece que ha sido mal expuesto, pues, a menudo, se tiende a fundamentar dicha regularidad sobre consideraciones puramente históricas, apoyándose en la prueba, verdadera o supuesta, de una transmisión ininterrumpida de poderes desde una época más o menos alejada. Ahora bien, es preciso confesar que, desde este punto de vista, sería fácil encontrar algunas irregularidades en el origen de todos los Ritos practicados actualmente. Nosotros pensamos que todo ello dista mucho de tener la importancia que agunos, por razones diversas, han querido atribuirle, y que la verdadera regularidad reside esencialmente en la ortodoxia masónica, y que esta ortodoxia consiste ante todo en seguir fielmente la Tradición, en conservar con cuidado los símbolos y las formas rituales que expresan esta Tradición y que son como su ropaje, y en rechazar toda innovación sospechosa de modernidad. Y es a propósito que empleamos aquí la palabra modernidad, para designar esta tendencia demasiado difundida que, en Masonería como en todas partes, se caracteriza por el abuso de la crítica, el rechazo del simbolismo y la negación de todo aquello que constituye la Ciencia esotérica y tradicional.

No obstante, no queremos decir con ello, que la Masonería, para ser ortodoxa, deba ceñirse a un formalismo estrecho, en que lo ritual deba ser algo absolutamente inflexible, dentro de lo cual no se pueda añadir ni suprimir nada sin hacerse acreedor de algún tipo de sacrilegio; esto sería dar muestra de un dogmatismo que resulta del todo extraño e incluso contrario al espíritu masónico. La Tradición no excluye de ningún modo la evolución ni el progreso, los rituales pueden y deben ser modificados todas las veces que sea necesario para adaptarse a las condiciones variables del tiempo y del lugar pero, bien entendido, únicamente en la medida en que estas modificaciones no afecten a ningún aspecto esencial. El cambio en los detalles del ritual importa poco siempre y cuando la enseñanza iniciática que se desprenda de ellos no sufra ninguna alteración; y la multiplicidad de Ritos no tendría graves inconvenientes, quizá incluso tendría ciertas ventajas, si desgraciadamente no tuviera demasiado a menudo como consecuencia, sirviendo de pretexto a enojosas disensiones entre Obediencias rivales, el comprometer la unidad, si se quiere ideal, pero con todo real, de la Masonería universal.

Lo lamentable es, sobre todo, tener que comprobar demasiado a menudo en un gran número de Masones la ignorancia completa del simbolismo y de su interpretación esotérica, el abandono de los estudios iniciáticos sin los cuales el rito no es sino un cúmulo de ceremonias vacías de sentido, como en las religiones exotéricas. En este sentido hoy en día hay, particularmente en Francia e Italia, negligencias verdaderamente imperdonables; podemos citar, por ejemplo, aquella que cometen los Maestros que renuncian a llevar mandil, cuando no obstante, como bien ha demostrado recientemente el M:. Il:. H:. Dr. Blatin, en un comunicado que debe estar todavía presente en la memoria de todos los HH.·., es el mandil la verdadera indumentaria del Masón, mientras que el cordón no es más que su adorno. Algo más grave todavía es la supresión o la simplificación exagerada de las pruebas iniciáticas y su reemplazo por el enunciado de fórmulas casi insignificantes; y, a este propósito, no podemos hacer nada mejor que reproducir unas líneas que al mismo tiempo nos dan una definición general del simbolismo, y que consideramos perfectamente exactas: "El simbolismo masónico es la forma sensible de una síntesis filosófica de orden trascendente o abstracta. Las concepciones que representan los Símbolos de la Masonería no pueden dar lugar a ningún tipo de enseñanza dogmática; ellas escapan a las fórmulas concretas del lenguaje hablado y en absoluto se dejan traducir por palabras. Son, como se dice muy justamente, los Misterios que se sustraen a la curiosidad del profano, es decir, las Verdades que el espíritu no puede alcanzar sino después de haber sido cabalmente preparado. La preparación al entendimiento de los Misterios es alegóricamente puesta en escena en las iniciaciones masónicas por las pruebas de los tres grados fundamentales de la Orden. Contrariamente a lo que alguno se ha imaginado, estas pruebas no tienen en absoluto como objetivo el de hacer resurgir el coraje o las cualidades morales del recipiendario; ellas figuran una enseñanza que el pensador deberá discernir, y luego meditar, en el transcurso de toda su carrera de iniciado" [1].

Vemos en ello que la ortodoxia masónica, tal y como la hemos definido, se refiere al conjunto del simbolismo considerado como un todo armónico y completo y no exclusivamente a este o aquel símbolo en particular, incluso una fórmula como A  L.·. G.·. D.·. G.·. A..·. D.·. U.·., de la que se ha querido a veces hacer una característica de la Masonería regular, como si ella pudiera por sí misma constituir una condición necesaria y suficiente de regularidad y cuya supresión, después de 1877, ha sido a menudo reprochada a la Masonería francesa. Aprovecharemos esta ocasión para protestar enérgicamente contra una campaña todavía más ridícula que odiosa, si cabe, dirigida desde hace ya algún tiempo contra esta última, en Francia mismo, en nombre de un pretendido espiritualismo que no tiene razón de ser en este caso, por ciertas gentes que se revisten de cualidades masónicas más que dudosas; si estas gentes a quienes no queremos hacer el honor de nombrar, creen que sus procedimientos asegurarán el triunfo de la pseudo-masonería que ellos mismos tratan vanamente de lanzar bajo etiquetas diversas, se equivocan extrañamente.

No queremos tratar aquí, al menos por el momento, la cuestión del G.·. A.·. D.·. U.·.. Esta cuestión ha sido, en los últimos números de L´Acacia, objeto de una discusión muy interesante entre los HH:. Oswald Wirth y Ch. M. Limousin; desgraciadamente, esta discusión ha sido interrumpida por la muerte de este último, muerte que fue un duelo para la Masonería entera. Sea como fuere, diremos solamente que el símbolo del G.·. A.·. D.·. U.·. no es en absoluto la expresión de un dogma, y que, si se comprende como es debido, puede ser aceptado por todos los Masones, sin distinción de opiniones filosóficas, pues ello no implica en absoluto el reconocimiento por su parte de un Dios cualquiera, como se ha creído muy a menudo. Es lamentable que la Masonería francesa se haya equivocado a este respecto, pero es justo reconocer que no ha hecho en esto más que compartir un error bastante general; si se consigue disipar esta confusión, todos los Masones comprenderán que, en lugar de suprimir al G.·. A.·. D.·. U.·. es preciso, como dice el H.·. Oswald Wirth, en las conclusiones a las que nos adherimos plenamente, buscar el hacerse una idea racional, y tratarlo de esta manera como a todos los demás símbolos iniciáticos.

Esperamos que llegará un día no muy lejano en que se establecerá el acuerdo definitivo sobre los principios fundamentales de la Masonería y sobre los aspectos esenciales de la doctrina tradicional. Todas las ramas de la Masonería universal volverán entonces a la verdadera ortodoxia, de la cual algunas de ellas se han alejado un poco, y todas se unirán al fin para trabajar en la realización de la Gran Obra que es el cumplimiento integral del Progreso en todos los dominios de la actividad humana.

Notas:

[1] Rituel interprétatif pour le Grade d´Apprenti, redactado por el Grupo Masónico de Estudios Iniciáticos, 1893.