domingo, 11 de noviembre de 2012

El Legado Masónico; Textos Divulgativos Franceses; La Franc-Masona

Portada del volumen publicado
      Con gran alegría venimos a reseñar la singular novedad que nos ofrece en estos días La Editorial Librería Pardes a todos aquellos interesados en la Masonería, con referencia al lanzamiento en el ámbito de habla española de la colección enciclopédica "El Legado Masónico". Colección que según el proyecto fijado por el editor consta de 6 volúmenes que recogerán los textos divulgativos, catecismos, rituales, Old Charges y normativas más señaladas de la tradición masónica, todos ellos publicados en edición bilingüe, tanto en su idioma original como en castellano, y correspondientemente anotados.

     Para este primer lanzamiento, y como primer volumen de la colección, se han escogido estos Textos Divulgativos Franceses (1736 - 1748), donde se reúnen ocho escritos dirigidos al público en general y que datan de la primera mitad del siglo XVIII. Se trata de una cuidada edición donde, como bien nos avisa la introducción facilitada por el editor, el tono de dichos escritos oscila entre la anécdota y el humor, dentro del aparente tema ligero y hasta banal escogido, y con un estilo y un lenguaje alejados de las consideraciones técnicas propias de Catecismos y Rituales, lo que posiblemente tiene como intención transmitir ciertos elementos simbólicos asimilados al carácter popular de los temas con que buscan envolverse, con el fin de preservarlos al abrigo del olvido y la corrupción; estrategia o recurso inveterado ya comentado por René Guénon en el capítulo IV de Symboles de la sciencie sacrée, así como en el capítulo XXVIII de Initiation et Réalisation Spirituelle.

    El índice de los documentos recogidos en este primer volumen es el siguiente:
  • Constituciones, Historias, Leyes, Obligaciones, Reglamentos y Usos de la Muy Venerable Cofradía de los Aceptados Francmasones      
  • Apología por la Orden de los Francmasones                                               
  • La Francmasona                                                                                           
  • El Perfecto Masón                                                                                        
  • El Secreto de los Francmasones al descubierto                                           
  • El Sello Roto                                                                                               
  • La Escuela de los Francmasones                                                                 
  • El Secreto de los Francmasones enteramente revelado                              
      Para ejemplo de lo reseñado se nos ofrece en la página web del editor el comienzo de La Francmasona, donde el lector advertirá el tono humorístico de sus párrafos, sin restar un ápice a la consideración de los elementos expuestos, que en este caso giran en torno al secreto masónico y la mujer.

      Como oportunamente señala el editor en su presentación la documentación aportada, así como la que queda por publicarse en la colección de El Legado Masónico, nos va a ofrecer una interesante información acerca del modo de trabajar en Masonería en la primera mitad del siglo XVIII, con referencias a los lugares de celebración de las tenidas, los Cuadros de Logia, la decoración de las Logias, el número de grados masónicos o la presencia de grados superiores, todo lo cuál habrá de redundar en una mejor comprensión, aun hoy, del sentido tradicional y vivo de la Masonería, tan escaso por regla general, así como del proceso de adaptación que tuvo lugar durante el paso de una Masonería de oficio a otra de tipo aceptado o especulativo, sabiendo que sus posibilidades operativas como vía de realización, aunque aminoradas, permanecen aún vivas, pues le diable porte pierre!

     Para terminar no se puede ignorar que dada la escasez de estudios de este tipo en lengua española, dicha contribución supone un hecho singularmente notable y de particular interés para todos aquellos que estén  interesados en la Masonería, ya sea público en general, estudiosos o miembros de la Orden.


    Datos bibliográficos:

      Título:                   Textos Divulgativos Franceses
      ISBN:                    9788461593323
      Editorial:              Editorial Librería Pardes
      Año edición:      2012
      Nº págs.:             380
      P. V. P.:                22 €


jueves, 8 de noviembre de 2012

Conmemoración de los Cuatro Santos Coronados.

Misal Romano. Niccolo di Giacomo, s. XIV
Oremus.- Praesta, quaesumus, omnipotens Deus: ut, qui gloriosos Martyres fortes in sua confessione cognovimus, pios apud te in nostra intercessione sentiamus. Per Dominum nostrum Iesum Christum.

Oremos.- Concédenos te rogamos, oh Dios omnipotente, que cuantos reconocemos a los gloriosos Mártires esforzados en su confesión de la fe, los sintamos piadosos en interceder por nosotros delante de ti. Por N. S. J. C.

Secreta.- Benedictio tua, Domine, larga descendat: quae et munera nostra, de precantibus sanctis Martyribus tuis, tibi reddat accepta, et nobis sacramentum redemptionis efficiat. Per Dominum.

Secreta.- Descienda, Señor, copiosa tu bendición: la cual, por intercesión de tus santos Mártires, te haga aceptos nuestros presentes, y nos los convierta en sacramento de redención. Por N. S. J. C.

Postcomunion.- Caelestibus refecti sacramentis et gaudiis: supplices te, Domine, deprecamur; ut quorum gloriamur triumphis, protegaur auxilis. Per Dominum.

Poscomunión.- Alimentados con los sacramentos y delicias celestiales, te rogamos humildemente, Señor, que seamos protegidos por el auxilio de los Santos, de cuyo triunfo nos gloriamos. Por N. S. J. C.


«Oremos a Dios omnipotente y su madre María, a fin de que podamos seguir estos artículos y los puntos, todos juntos, como hicieron los cuatro santos mártires, que en este oficio tuvieron gran estima. Fueron ellos tan buenos masones como pueda hallarse sobre la tierra, escultores e imagineros también eran, por ser de los obreros los mejores, y en gran estima el emperador los tenía; deseó éste que hicieran una estatua que en su honor se venerara; tales monumentos en su tiempo poseía para desviar al pueblo de la ley de Cristo.

Pero ellos firmes permanecieron en la ley de Cristo, y sin compromisos en su oficio; amaban bien a Dios y a su enseñanza, y se habían volcado a su servicio para siempre. En aquel tiempo fueron hombres de verdad, y rectamente vivieron en la ley de Dios; ídolos se negaron a erigir, y por muchos beneficios que pudieran reunir; no tomaron a este ídolo por su Dios y rechazaron su construcción, pese a su cólera; por no renegar de su verdadera fe y creer en su falsa ley, sin demora el emperador los hizo detener, y en una profunda cárcel los encerró; cuanto más cruelmente los castigaba, más en la gracia de Dios se regocijaban.

Viendo entonces que nada podía les dejo ir a la muerte; quien lo desee, en el libro puede leer de la leyenda de los santos, los nombres de los Cuatro Coronados. Su fiesta es bien conocida por todos, el octavo día tras Todos los Santos.» Leyenda Dorada, Jacobo de la Vorágine.



       «En el nombre de Dios, Padre, del Hijo, del Espíritu Santo y Santa María, madre de Dios, de sus bienaventurados santos servidores, los cuatro santos coronados de eterna memoria, consideramos que para conservar la amistad unión y obediencia, fundamento de todo bien, de toda utilidad y provecho para todos, príncipes, condes, señores, localidades y conventos, en el presente y en el futuro, Iglesias, edificios de piedra o construcciones, debemos constituir una comunidad fraternal». Estatutos de la Asociación de Talladores de Piedras y Albañiles de la ciudad de Ratisbona, de 1459. 

domingo, 4 de noviembre de 2012

Fragmentos de los Stromata; por San Clemente de Alejandría

     Los pozos de los que se saca el agua con frecuencia, la tienen más limpia; en cambio, de los que no se saca nada, se pudre. También el hierro conserva el brillo con el uso; sin embargo, la herrumbre es producida por el desuso. En términos generales, pues, el ejercicio engendra la buena disposición tanto de las almas como de los cuerpos. Nadie enciende una lámpara y la coloca debajo de un celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a los que han sido dignos de participar del banquete común. ¿Para qué sirve, pues, una sabiduría que no hace sabio a quien es capaz de entenderla? El Salvador salva y continuamente actúa, como ve que hace el Padre. Cuando uno enseña es cuando más aprende, y al hablar uno se convierte muchas veces en oyente de su propio auditorio. En efecto, uno sólo es el Maestro, tanto del que habla como del que escucha; y uno solo es también el que hace brotar tanto la inteligencia como la palabra.

     De ahí que el Señor no prohibiera hacer el bien en sábado, sino que permitió participar de los misterios divino y de aquella luz santa a quienes pudieron comprender. Y tampoco el Señor reveló a la mayoría lo que no estaba al alcance de todos, sino a unos pocos, a aquellos a quienes Él sabía que convenía, ya que podían entender y configurarse con aquellas cosas. Por eso los misterios, como Dios mismo, se confían a la palabra y no a los escritos. Si alguno dijere que está escrito nada hay oculto que no llegue a descubrirse, ni secreto que no venga a conocerse, nosotros le diremos que el Logos ha profetizado con esa sentencia que lo secreto será revelado a quien los escucha secretamente, y que le serán manifestadas las cosas ocultas a quien sea capaz de recibir la tradición veladamente, y que lo que está oculto para la mayoría será manifiesto para unos pocos. ¿Por qué no todos conocen la verdad? ¿Por qué no es amada la justicia, si es patrimonio común de todos? No obstante, los misterios se transmiten misteriosamente, para que estén en la boca del que habla y en la del que escucha; o mejor aún, no en la facultad de hablar sino en la inteligencia. Dios mismo concedió a la Iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para el perfeccionamiento de los santos, en orden a la realización del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo. (Stromata I, 12.2-13.4)

    Ahora bien, la verdad es una (y la mentira posee un sinnúmero de caras); al igual que las Bacantes que devoraron los miembros de Penteo, así también las escuelas filosóficas, la bárbara como la griega recibieron una parte de cada una, aunque se gloríen de poseer toda la verdad. Y es que, me parece a mí, todo se ilumina con la salida de la Luz. En efecto, se puede demostrar que todos juntos, griegos y bárbaros, en cuanto que aspiran a la verdad, han participado del Logos verdadero, unos en no pequeña medida, otros en cambio parcialmente, según el caso. La eternidad contiene en sí misma y en un instante el pasado, el presente y el futuro; sin embargo, la verdad es más capaz de reunir sus propias semillas que la eternidad, aunque estén sembradas en tierra extranjera. [...] También en el universo las partes todas, aunque difieran unas de otras, conservan entre sí una relación respecto del todo. Así también, tanto la filosofía bárbara como la griega constituyen un fragmento de la verdad eterna, no la del mito de Dionisio, sino de la teología del eterno Logos. Mas quien reúne de nuevo lo que se ha diseminado y reconstruye la unidad para contemplar con seguridad al Logos, a la Verdad. (Stromata I, 57.2.6)

    Una primer cambio provechoso de la gentilidad a la fe, y un segundo [cambio provechoso] de la fe al conocimiento; este [...] une [...] el amigo al Amigo, quien conoce a lo que conoce [...] y el conocimiento es transmitido a un reducido número a partir de los Apóstoles por medio de la sucesión de los Maestros y sin escritura. (Stromata VIII, 10 y Stromata VII, 61)